jueves, 28 de febrero de 2013

El poder de Gordillo



Por: Ilse López Munguia

En los últimos días,  los medios de comunicación han abordado reiterativamente  el tema sobre la detención de la líder sindical del magisterio Elba Esther Gordillo, del motivo de su detención se emanan varias teorías. Por un lado, la sociedad opina que  se debe a una represión política por no estar de acuerdo con todos los lineamientos de la reforma educativa, principalmente a la permanencia laboral del maestro, por lo cual debido a  la fuerza política que tiene la maestra Gordillo, podría generar una movilización masiva de su gremio. Por otro lado,  los medios de comunicación  dan por hecho que es culpable en los delitos que se le imputan: lavado de dinero y organización delictuosa,  provocando que otra parte de la sociedad también así lo considere.


     Ahora bien analicemos ¿Qué es la reforma educativa?

     La reforma educativa  es una reforma constitucional desplegada  por el Ing. Enrique Peña Nieto actual presidente del país, dentro del marco del Pacto por México. Aprobándose el 20 de diciembre de 2012 y en Febrero de 2013 declarada constitucional.

     En ella se reforma el artículo 3 constitucional en la fracción IX para crear el Sistema Nacional de Evaluación Educativa para evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. También,  se estipula que se realizán exámenes de oposición para el ingreso del servicio docente y la promoción a funciones directivas o de supervisión en la educación básica y media superior. En este mismo artículo se fijaron los criterios, términos y condiciones para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio profesional docente.

     Además, se reforma el artículo 73 constitucional para que el Congreso tenga la facultad de establecer el servicio profesional docente en términos del artículo 3 constitucional.

     En este rubro, el sindicato magisterial reiteró su disposición a que los docentes sean evaluados, aseverando que “antes de hacer cualquier valoración se establezcan los parámetros que se quieren cumplir, pues no es lo mismo un buen maestro para telesecundaria, que para secundaria privada". Basándose en las afirmaciones de Felipe Martínez Rizo, primer director del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, quien expuso que "para evaluar maestros, necesitamos un concepto de cómo debe ser un buen maestro, y no lo tenemos".

     En mi opinión personal, la reforma educativa condiciona la permanencia laboral de los maestros, para saber si es capaz para seguir trabajando. Eso sería ideal si se estructurara una evaluación integral, es decir, una evaluación de conocimientos y de la práctica docente. Además, es preciso que el estado proporcione el apoyo real para lograr una educación de calidad, porque todos los que nos hemos utilizado la educación pública observamos que no existe infraestructura adecuada, en cuanto a materiales didácticos acordes, aulas dignas, saturación de alumnos en los grupos y un sinfín de factores más.

     En este orden de ideas,  la reforma no determina una evaluación integral, porque no existe un perfil instituido del docente, un estándar, qué es lo que se busca del docente, dependiendo de los grados. Se da por hecho que debe tener ética, una buena didáctica, conocimientos, etc.. De esta manera, los maestros sabrían cuáles capacidades son las que tienen que desarrollar, repercutiendo en la calidad de la educación del país. 

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