‘Los estudihambres’
Bien.
Llegas a lo que parece ser un departamento, probablemente el rastro de tu “roomate” ahoga la habitación con su ropa y sus cosas regadas que hacen de tu habitáculo un ‘deshabitáculo’, ‘deslimpio’, desorganizado y ‘desinganas’ de haber entrado. O mejor aún, tal vez estás sólo y respiras una sofocante atmósfera de silencio, pero no importa por que…!COMIDA!
El centro del mundo es tu estómago, la máquina perfecta ahora es una máquina de hambre, y tu estómago parece una bomba ácida de cuenta regresiva.
Entonces abres el refrigerador, una tortilla de maíz al fondo, o eso parece, la última salchicha del paquete. ¡Espera, el congelador! Y ahí está la última porción de caldo que tu Mamá ha preparado el fin de semana pasado, para salvarte la vida…sólo hay que descongelarlo.
Bueno, tal vez esto no sucede siempre, y es sólo una historia ilustrativa basada en mi experiencia personal, matizada con experiencias de amigos, amigos de mis amigos y conocidos, así es probable que más de uno se sienta identificado con ella.
Las anécdotas que recuerdo de algunos profesores que pasaron por este asunto foráneo, hacían referencia a la comida, una necesidad básica que se volvía preocupación diaria.
En la primera parte mencionábamos que muchos compañeros (de Guaymas, Obregón, Nogales, Empalme, Navojoa y tantos otros lugares) sufren los estragos de estudiar con hambre. Pero con hambre de verdad, porque puede haber algún día en que no haya seguridad de satisfacerla comprando en la cafetería, puesto que es bueno saber que chicles, dulces y agua no sustituyen la comida.
Por otra parte es agradable saber que muchos jóvenes tienen garantizada su alimentación, sin embargo la calidad de la misma está en duda, ya que hay quienes no saben cocinar alimentos o no tienen tiempo para hacerlo.
Se ha publicado un manual de supervivencia en El Integral en el que recomiendan, a la hora de formar equipos de trabajo, incluir por lo menos a un estudiante que tenga buen perfil económico, que aunque no aporte conocimiento significativo alguno, sea el que compre las pizzas. Llamémosle estrategia.
Entre las estrategias más comunes para sobrellevar la situación alimenticia se pueden enlistar:
- Racionalización de alimentos.
- Comidas congeladas.
- Lunch escolar
- Alimentos de elaboración sencilla y rápida.
- Comprar comida rápida y económica.
- Inhibidores del hambre (golosinas, frituras , café, agua)
Los primeros dos tópicos suelen ser saludables, a diferencia de los últimos, que a largo plazo pueden tener repercusiones en la salud.
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